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Usualmente, al pensar en las cruzadas durante la edad media, el pensamiento se dirige a los templarios, a Saladino, a Jerusalen. Rara vez se piensa en otras cruzadas que se desarrollaron en el mismo periodo, contra pueblos paganos o contra otros cristianos (como las proclamadas por el Papa contra los Emperadores del Sacro Imperio Romano). Del mismo modo sucede con los cuerpos cruzados, los de mayor renombre son los Templarios, Hospitalarios y Teutónicos. Ahora bien, en este artículo intentaremos desarrollar una cruzada que se llevó contra los últimos paganos europeos y el cuerpo cruzado que llevó adelante los primeros pasos de esta lucha.

 

Esta cruzada, que se desarrolló en el Báltico fue quizás la más exitosa, comenzó a finales del siglo XII y se extendió hasta finales del siglo XIV con la conversión al cristianismo del Gran Ducado de Lituania. Si bien el principal exponente de este movimiento fue el cuerpo cruzado conocido como Orden Teutónica, que se estableció en Prusia en el año 1225 por pedido de Conrado de Massovia, las acciones en el norte del Báltico ya habían sido iniciadas, en un principio por comerciantes y religiosos en misiones pacíficas y luego mediante acciones armadas.

 

Es en ese contexto que se funda la Orden de los Hermanos Livonios de la Espada, como respuesta a la necesidad del Obispo de Riga de mantener una fuerte presencia militar y en consonancia con un movimiento militar cada vez mayor que incluía acciones militares de Dinamarca contra Estonia y del Reino de Suecia contra Estonia y el principado de Novgorod por el control de Finlandia. Esta Orden, que tuvo una vida de treinta y cinco años hasta ser absorbida por la Orden Teutónica, comenzaría las acciones que llevarían el cristianismo católico, el feudalismo y la cultura germana a toda la costa del Báltico.

 

Movimientos precedentes

 

Las campañas al báltico no comenzaron siendo exclusivamente militares, había motivos económicos y religiosos que influían en las intenciones de expansión en esas costas. Hubo misiones religiosas y comerciales, pero eran frecuentemente asaltados por los piratas (sobre todo los de la isla de Saaremaa) y los pueblos locales. De esta manera se empezó a gestar lo que sería la cruzada al Báltico, una respuesta al fracaso de misiones pacíficas como la del obispo Meinhard y la de su sucesor, Berthold en 1198, una búsqueda por la conversión de los pueblos paganos y la contención del cristianismo ortodoxo que avanzaba desde los principados rusos (de los cuales, varios pueblos bálticos eran tributarios). Meinhard fue el primero en dirigirse al Báltico  junto a unos mercaderes que ya conocían la zona y se estableció a orillas del rio Daugava en la ciudad de Uexküll (Ikšķile), donde edificaron la ciudad que contenía su convento, la primer construcción en piedra en el báltico. Definitivamente la desembocadura del Daugava era el mejor lugar para establecerse, ya que estaba en medio de varias tribus paganas y daba la posibilidad de recibir apoyo por el mar desde Alemania. Esta ciudad fue objetivo de ataques de los pueblos que se resistían a la presencia de los obispos, luego el obispado se transladó a Riga de la mano de Albrecht.

 

Ahora bien, no es posible analizar las cruzadas bálticas sin poner el énfasis en Albrecht von Buxhoeveden quien fue canónigo capitular en Bremen y en 1199 fue nombrado Obispo de Livonia con la misión de cristianizar los pueblos bálticos. Para tal fin obtuvo ayuda del Papa Inocencio III quien emitió una bula otorgando los mismos privilegios a quienes combatieran en el báltico que los otorgados a los cruzados de Tierra Santa. También obtuvo apoyo del Emperador del Sacro Imperio Romano, para emprender la cruzada Albrecht recorrió Gotland y el Imperio reclutando y agrupando sus fuerzas. La elección de Gotland para iniciar el reclutamiento fue más que acertada por parte de Albert ya que los comerciantes de Gotland llevaban tiempo comerciando en la desembocadura del Daugava. Desde allí se podía acceder a Pskov, Novgorod, o desde allí se podía seguir el Dnieper hasta Kiev, el Mar Negro y Constantinopla. El control del Daugava entonces, traería grandes beneficios para los comerciantes de Lübeck y Gotland, por lo cual brindaron su apoyo a Albert, más influenciados quizás por intereses económicos que por el destino de las almas de esos pueblos.

 

Finalmente desembarcó en 1200 a orillas del Rio Daugava con 23 barcos y 1500 hombres, comenzó la construcción de la ciudad de Riga y transladó ahí su obispado. La elección de mudar su obispado de Uexküll a Riga fue de lo más acertada, estratégicamente hablado. La ubicación de Riga daba la ventaja de un acceso más rápido y práctico para los barcos que llegaban de Lübeck y Gotland, que serían su principal sustento durante las cruzadas. Si bien se considera el año 1201 como el de la fundación de Riga, se conoce que en ese lugar había ya habitantes, tanto alemanes que se dedicaban al comercio como pueblos locales que ya vivían allí. El historiador letón Indriķis Šterns compara la fundación de Riga con la de Roma, donde ya existían asentamientos que fueron unificados por Romulo y Remo para iniciar la construcción de la ciudad. Ese sería entonces, el inicio de las cruzadas bálticas.

 

 

Uexküll hoy en día, debido a las crecidas del rio que produjo la instalación de la central hidroeléctrica Plavinas, se ha perdido la mayor parte de la ciudad y solo se corserva una parte de la estructura.

Página creada por Ramiro Halpern

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