
Hermanos Livonios de la Espada
1202-1237
Fratres militiæ Christi Livoniae


El levantamiento estonio y la conquista definitiva
La chispa encendida en Saaremaa con la derrota y expulsión de los daneses, se convirtió en un fuego que arrasó con el dominio de los caballeros en Estonia. Ya el 29 de enero de 1223 se vieron los primeros signos en el condado de Sakala, el primer ataque se realizó a la fortaleza de Viljandi, los alemanes fueron derrotados y asesinados, los caballeros, artesanos y comerciantes. La revuelta se extendió rápidamente y se tomó el fuerte de Lohavere (Leole), se enviaron mensajeros a Tartu (Tarbatu) y Otepää (Odenpeh), allí también se peleó contra los cruzados y se los venció, dejando sus cuerpos sin sepultura para que los animales se encargaran de ellos. La Orden había perdido Sakala y Ugandi, lo que le había significado además, la pérdida de un tercio de sus fuerzas. Los pueblos, en señal de rechazo hacia los cristianos desenterraron a sus muertos de los cementerios y los cremaron como indicaban sus viejas costumbres, limpiaron sus fuertes y casas con escobas y los lavaron con agua, mientras ellos mismos hacían lo propio intentando de ese modo, lavarse el bautismo.
Los estonios aprovecharon la ocasión y enviaron mensajeros a los principados rusos para poner fin a la presencia alemana, éstos respondieron y enviaron soldados a Tartu, Viljandi y otras ciudades estonias. Ahora debían mantener el territorio, para ello se prepararon fortaleciendo sus fuertes, construyendo armas de asedio y aprendiendo a utilizar las ballestas. A su vez, se aprovechó la ocasión para intercambiar prisioneros con los cruzados mientras se obtenía el control de las demás fortalezas, de este modo se capturaron todas las plazas fuertes, salvo Tallin, donde los daneses pudieron resistir el ataque de los condados de Läänemaa, Harju, Jarva y Virumaa.
La respuesta de la Orden llegó en marzo, cuando un ejército de caballeros, livonios y latgalianos atacaron Sakala, sitiando Viljandi y Lohavere, mientras que saqueaban los alrededores y el condado de Nurmekund, pero no lograrían capturar las fortalezas y se retiraron. En la primavera de ese mismo año, los estonios decidieron atacar Livonia y saquearon varios pueblos, sin embargo, su avance se detuvo súbitamente por un ejército cruzado que los atacó cerca del rio Umera y los venció, lo que dejó Sakala al alcance de la mano para la Orden. En el mes de julio, un gran ejército avanzó por el condado y en la primer quincena de agosto se puso sitio a Viljandi, aunque fue defendida con decisión, finalmente fue incendiada, lo que sumado a la falta de agua y las enfermedades que se extendían dentro de la ciudad llevó a que los defensores se rindieran. Luego del saqueo habitual, los estonios aceptaron nuevamente el bautismo para conservar la vida, cuando la noticia llegó a Lohavere los defensores se rindieron y así se recuperó el control de Sakala.


A principios de 1224 se atacaron los condados de Jarva y Harju, allí se sitió la fortaleza de Lohu (Loone), allí se obtuvo una nueva victoria luego de dos semanas de asedio, se saqueó la fortaleza y se incencendió, pero a los ocupantes se les permitió abandonar el lugar y los prisioneros se enviaron a Tallin, lo que demuestra que los caballeros seguían respetando el acuerdo de distribución pactado antes del levantamiento. También sitiaron la fortaleza cercana de Keava para luego proseguir con sus campañas en Jarva y Virumaa, quienes enviaron rápidamente solicitudes de paz y se comprometieron a mantener los acuerdos firmados con anterioridad.
Ahora el objetivo era recuperar Tartu, en el condado de Ugandi. Cuando los condados estonios enviaron solicitudes de ayuda a los principados rusos, Novgorod envió a Tartu a Vyachko, antiguo gobernante de Kokenhausen (Koknese) que había sido derrotado por los cruzados en 1209 (puede visualizar la información aquí) a establecerse junto a doscientos hombres, junto a la promesa de que podría conservar para sí los territorios que conquistara en Estonia. Se estima que mil estonios acudieron a Vyachko para pelear contra los caballeros, mientras otros los apoyaban para no sufrir ataques de parte de los rusos. Luego de un primer ataque en abril de 1224 que no tuvo éxito, Albrecht decidió encabezar él mismo un gran ejército que tenía como objetivo derrocar el poder ruso de Tartu. La fuerza compuesta por los hombres del obispo, sus vasallos, comerciantes y habitantes de Riga, los Hermanos Livonios de la Espada y los conversos de Livonia y Latgalia se dirigió entonces a Tartu, el 15 de agosto de 1225 llegaron a la fortaleza y le ofrecieron a Vyachko la posibilidad de rendirse y abandonar la fortaleza, pero este se negó resguardándose en la promesa del príncipe ruso.
En el ataque se utilizaron catapultas grandes y pequeñas que se construyeron ahí, con ellas se lanzaban piedras y ollas de fuego al interior de la fortaleza mientras desde fuera se excavaban los muros, por último se construyó también una torre movil que desplazaron contra el fuerte. Los defensores también contaban con catapultas, arcos y ballestas, que utilizaron para atacar a los alemanes. El combate se extendía día y noche, entonces los caballeros decidieron asaltar la fortaleza, el combate fue encarnizado pero los cruzados resultaron victoriosos. La fortaleza se incendió y se saqueó, los habitantes fueron asesinados, estonios y rusos, hombres y mujeres, todos fueron pasados por la espada, incluido Vyachko. Según la crónica, solo se dejó vivo a un vasallo ruso de Suzdal con la orden de llevar las noticias a Novgorod. Con la caida de Tartu, se reconquistó Ugandi y de esta manera volvía a ser Saaremaa el único condado libre de la presencia cruzada.
Con estas conquistas volvería a aflorar el viejo problema, ¿cómo se iban a repartir las tierras? La intención de la Orden era conservar el control de Estonia junto a los daneses, pero la captura de Valdemar en Alemania fue un golpe a sus aspiraciones. En 1224 se dividió Talava y Adzele (el noreste de las tierras latgalianas), también Läänemaa pasó a estar en control del obispo mientras que los caballeros se quedarían con Sakala, en ese mismo año los caballeros se establecieron el Viljandi (Fellin) y esa pasó a ser el cuartel del Gran Maestre. El hermano de Albrecht, Hermann se establecería en Ugandi, primero en Otepää y luego en Dorpat (Tartu) que se convertiría en su residencia episcopal. El conflicto entre el obispo y los caballeros por Estonia llevó a la intervención del Legado Papal, Guillermo de Modena en 1225.

Albrecht bautizando a los habitantes de Saaremaa
Ahora bien, más allá del conflicto por los territorios, todos estaban decididos a terminar la conquista y para eso había que tomar Saaremaa. Para tal fin se puso en marcha el mayor ejército cristiano en la historia de las cruzadas del norte. En enero de 1227 un ejército compuesto por los hombres de Riga, de la Orden, de Livonia y Latgalia, bajo el mando de Guillermo de Modena cruzó el mar congelado hacia la isla. Debido al hielo, las flotas estonias estaban atrapadas en los muelles y esto fue una gran ventaja para los cruzados. El ejército partió de Parnu y en quince días llegó a Muhu, los habitantes de Muhu al ver llegar el ejército y abrumados por su tamaño, enviaron mensajeros de paz con la promesa de aceptar el bautismo. La propuesta no fue aceptada por Guillermo y se inició el asedio de la fortaleza, el ataque duró seis días, tanto atacantes como defensores utilizaron sus catapultas, pero los cruzados construyeron además, torres de asedio que utilizaron para tomar por asalto la empalizada. La defensa fue fuerte, pero finalmente se quebró la resistencia y se tomó el fuerte, se incendió, se saqueó y se masacró a los defensores.
Ahora el objetivo era la fortaleza principal de Valjala, pero estos entendieron que de nada valdría resistirse y se rindieron a los cruzados, quienes ya habían saqueado los alrededores y comenzaban a preparar el asedio
Cuando cayeron las principales fortalezas en Muhu y Valjala, los estonios se rindieron y los ancianos entregaron a sus hijos como rehenes, se procedió con el bautismo de los habitantes de la isla a manos de Albrecht. La caida de Saaremaa marcó el final de la conquista de Estonia, sin embargo, no marcó el final de la resistencia estonia a la presencia de los cruzados.